¿Qué hace a una persona un líder? ¿Se nace con esa capacidad o se construye? En este nuevo episodio de Hack Tu Vida, Ana Castrillón conversa con Nicole Pérez, fundadora y CEO de Blum —plataforma de desarrollo de talento profesional— para desmontar mitos, hablar de propósito y entender el liderazgo no como una posición jerárquica, fría y distante, sino como una forma de influir y servir desde la empatía y la conexión auténtica con los demás.
Nicole, ingeniera industrial de formación, comparte su historia de transformación desde Puerto Ordaz, una pequeña ciudad al occidente de Venezuela. Fue allí, participando en Modelos de Naciones Unidas, donde vivió un punto de inflexión: recibió entrenamiento en habilidades clave como negociación, comunicación e influencia, y descubrió el poder del liderazgo. En ese momento decidió dejar de lado las inseguridades y apostar por sí misma, construyendo confianza paso a paso. Aquella etapa no solo la llevó a recibir reconocimientos internacionales, sino que encendió una convicción que la acompaña hasta hoy: todos tenemos el potencial de liderar.
Desde su experiencia personal y profesional, Nicole plantea una definición poderosa: el liderazgo es la capacidad de convertir ideas ambiciosas en realidades concretas, sin perder de vista el bienestar y la colaboración. Para ella, liderar no se trata únicamente de inspirar con palabras, sino de tomar decisiones, asumir riesgos y avanzar, incluso en la incertidumbre. Es la habilidad de transformar una visión en acción, de hacer que las cosas sucedan sin dejar de lado lo humano. Un liderazgo efectivo no impone, acompaña. No busca seguidores, sino aliados. Y sobre todo, no se mide solo por resultados, sino por el impacto que deja en las personas que caminan a nuestro lado.
Uno de los conceptos más fascinantes de la conversación es el de gravitas, esa cualidad intangible que hace que las personas graviten hacia ti, no por obligación, sino por respeto y conexión. Lejos de ser un rasgo innato o una cuestión de carisma superficial, Nicole lo descompone en tres pilares fundamentales: comunicación, presencia y convicción.
De acuerdo a Nicole, “Gravitas representa la virtud de aquellas personas capaces de emanar respeto, generando en los demás el deseo natural de seguirlas”. La gravitas se forja en los momentos difíciles, cuando las cosas no salen como se esperaban y aún así elegimos actuar desde la coherencia. Es ese "algo" que se construye cuando los demás te ven sostener la calma en la tormenta, cuando saben que pueden confiar en ti no porque lo dices, sino porque lo demuestras. Porque al final, la verdadera influencia no nace de impresionar, sino de encarnar lo que se predica, una y otra vez, incluso cuando nadie está mirando.
De igual manera, y como lo menciona Nicole, para comenzar a liderar, no hace falta un cargo, un título o un equipo a cargo. El liderazgo empieza en lo cotidiano: en cómo eliges responder ante los desafíos, en la forma en que te comunicas contigo mismo y con los demás, en tu capacidad de actuar con intención, incluso cuando no hay certezas.
Tal vez liderar tu vida hoy significa hacer una pausa. O decir que no. Tal vez significa atreverse a levantar la mano para esa idea, ese proyecto, esa conversación pendiente. O simplemente cambiar hábitos y tener agencia sobre nosotros mismos: elegir con conciencia en lugar de reaccionar por costumbre, redefinir lo que nos motiva, y dar un paso —por pequeño que sea— hacia una versión más alineada de quienes somos y lo que queremos construir.